Donde el agua toca, despierta la vida

MANDAMIENTO V: No acapararás el agua como botín, pues pertenece a todos

«El agua compartida es justicia en movimiento»

El agua no es una posesión: es una herencia. No es un tesoro para encerrar, sino un pulso compartido entre todos los seres que respiran, crecen, se multiplican o simplemente existen. Allí donde el agua es retenida, privatizada en exceso o tratada como mercancía absoluta, algo esencial se rompe: la continuidad de la vida, la justicia entre generaciones y la dignidad de los pueblos.

El Mandamiento V proclama una verdad elemental: ningún ser humano debería sufrir sed en un mundo que fluye. El agua nunca fue concebida como botín ni como arma. Nace para ser puente, no barrera; para unir, no para dividir. Quien la acapara como trofeo la deshonra, y quien la administra con sabiduría se convierte en custodio del futuro.

Este principio no condena la gestión responsable ni el uso legítimo: condena la codicia. Porque el agua no es un privilegio: es un derecho. Un derecho que trasciende fronteras, religiones, ideologías y estados. Un derecho que no puede quedar subordinado al poder económico ni a intereses particulares, pues la sed no distingue banderas ni clases sociales.

En muchas culturas ancestrales, el agua era considerada patrimonio común, bien sagrado que debía circular sin obstáculos como circula la sangre por las arterias del mundo. Cuando se la encierra injustamente, se hiere al planeta entero. Cuando se la reparte con equidad, florecen los pueblos.

Este mandamiento nos obliga a mirar más lejos que nuestro propio hogar o ciudad. Nos exige pensar en las cuencas completas, en los acuíferos que cruzan bajo los continentes, en los millones de personas que dependen de una gota que cae en un país para poder beber en otro. El agua nunca fue una propiedad individual, sino un tejido planetario.

Por eso, quien administra agua administra destino. Quien la comparte, preserva la vida. Y quien la acapara, rompe el pacto primordial entre la humanidad y el mundo.

Que el agua siga su curso. Que sea justa. Que llegue a todos.